Metrópoli

Un día con el candidato: Chertorivski, el aspirante preparado, cercano a la gente

Los días favoritos de campaña de Salomón son en los que hay eventos en calle como en el Metro, cruceros o mercados

Salomón

Crónica siguió de cerca al candidato emecista en un día de campaña

Jennifer Garlem

Salomón Chertorivski es un candidato preparado y lo ha demostrado públicamente en eventos y también en los debates, se sabe que de los tres candidatos a la jefatura de Gobierno es quizá quien tiene mayor conocimiento y experiencia en el servicio público; vive prevenido para el día a día y demuestra su preocupación no sólo por su ciudad sino también por las personas especialmente los adultos mayores, niños y aquellos con capacidades diferentes. Es un hombre de familia, en cada oportunidad que tiene reconoce a sus hijas y a su esposa, también es emotivo y no le molesta conmoverse en público.

Al subir al auto en una jornada cualquiera y, antes de avanzar, lo primero que dice es “pónganse sus cinturones”; Crónica siguió de cerca al candidato emecista en un día de campaña. En esta ocasión se trasladaba de la colonia Doctores al World Trade Center, iba leyendo, bastante concentrado —repasaba los temas que abordaría en el evento—, también escuchaba las noticias. Pasaron unos cuantos minutos y al llegar a una zona más transitada levantó la mirada, como para ubicarse, y en efecto, encontró tránsito y también cantidad propaganda electoral de Santiago y Clara “me enoja la cantidad de basura que hay en las calles”. Más que molesto, parecía decepcionado. Durante unos minutos habló sobre el tema y luego continuó leyendo.

Los días favoritos de campaña de Salomón son en los que hay eventos en calle como en el Metro, cruceros o mercados, “hay que estar cerca de la gente”, dice a su equipo cuando no hay cámaras frente a él. Rumbo a su destino quería pasar por un café, pero prefirió llegar a tiempo al evento, y le bastó con un poco que quedó en su termo. Al arribar al lugar se preparó para bajar, acomodó su cabello, se perfumó y bajó del auto.

Mientras avanzaba era inevitable atraer las miradas de quienes estaban a su paso, al principio de la campaña pocos recordaban su amplia trayectoria como servidor público, pero ahora es más reconocido; las redes sociales se han encargado de catapultarlo y difundir las numerosas propuestas que presenta.

Salomón

Salomón fue secretario de Salud de México y promovió el Seguro Popular 

Llegó el momento de subir al templete, caminó hacia el salón donde se presentaría. El lugar no tenía orden, había demasiada gente, entre el catering y expositores le comenzaron a pedir fotografías. Una mujer lo dirigió a un estand donde estaban haciendo entrevistas, se equivocó, ahí no era, lo sacó de inmediato. A pesar del error, Salomón no se molestó, lo caracteriza siempre un temple amistoso. Luego la misma mujer lo dirigió de prisa al templete, donde ya lo estaban presentando; dio un breve discurso y al bajar se le acercaron varios de los asistentes para saludarlo y tomarse más fotos con él, una de ellas le comentó “te ves muy diferente, te ves más delgadito en persona”, Chertorivski soltó la carcajada.

Las fotos no paraban, también le entregaron algunos obsequios. Salió del lugar bastante relajado, platicando con su equipo y revisando los tiempos para el siguiente evento. Visitaría a los comerciantes de un mercado público en la Cuauhtémoc. Es otro tipo de bullicio en el que parece estar más cómodo.

Subió a su auto, no había tiempo para hacer escalas, así que en ese momento el auto en el que viaja se convirtió en un vestidor; Salomón se cambió la camisa, tenía que estar ad hoc para la ocasión. Llegó a tiempo, la prensa y la porra naranja ya lo esperaban en el lugar. Durante su recorrido se acercó a los comerciantes, uno de ellos le regaló mazapanes “para que no te aburras en los debates”, le dijo un comerciante.

Chertorivski fue secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México.

Chertorivski fue secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México y los comerciantes de los mercados públicos le tienen cierta estima por el apoyo que les dio durante su gestión.

También saludó a quienes compraban y comían en los locales, todos sabían quién era Salomón. Algunos lo felicitaron por sus propuestas, otros por su participación en el debate, hubo quienes sólo le pedían fotos y otras hasta se emocionaron al verlo, “es Salomón, el del debate”, comentó una joven muy entusiasmada a su amiga, desde luego que hubo fotografía, estaban anonadadas.

No faltaron quienes le expresaron sus inconformidades, particularmente con ellos se tomó más tiempo de lo normal, también se encontró con un caso muy especial era un joven con capacidades diferentes acompañado de sus padres —adultos mayores—, Chertorivski prestó mucha atención a lo que le decían, el señor estaba enfurecido, acusaba al Gobierno actual por la falta de interés en personas como su hijo, “este es mi número personal, mándeme un mensaje y los apoyo en lo que necesiten”, comentó Salomón a la familia. Ya traía el tiempo encima, lo esperaba el último evento.

Salomón

Salomón escuchó atento al joven y a sus padres; no necesita ser jefe de Gobierno para ayudar a las personas.

La porra lo esperó al salir, subió a su auto y nuevamente se cambió la camisa en el trayecto, ahora tenía que acudir más casual, se dirigía a la Benito Juárez; el tránsito era abundante, le avisaron que su esposa ya lo esperaba en el lugar del evento, era una comida con la comunidad libanesa.

Llegó justo a tiempo, saludó y convivió con varios de los asistentes; disfrutó la comida, estaba contento. Cuando llegó el momento de su participación, Salomón pasó al frente y decidió no proyectar las diapositivas que tenía planeadas, todo está en su mente, es un hombre que no necesita materiales gráficos, es suficiente con su experiencia y conocimiento de los problemas que aquejan a la CDMX.

Aquella fue una reunión más amigable y emotiva, pues casi se conmueve hasta las lágrimas al recordar su infancia; muchos de los presentes aprobaban su discurso asentando la cabeza, y al final, todo culminó con una ovación. Regresó sonriendo a su mesa y besó a su esposa en la frente.