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Enigmas oscuros: la desaparición del avión “Cuatro Vientos”
En junio de 1933, cientos de mexicanos aguardaban un nuevo milagro de la modernidad. Aterrizarían en la capital los españoles Mariano Barberán y Joaquín Cóllar, que, a bordo de una aeronave modernísima, cruzaban el Atlántico rumbo a México. Pero el Cuatro Vientos jamás llegó a su destino. Se convirtió en uno más de los misterios nacionales. Ocho años después, un grupo de reporteros se internaron en la selva, dispuestos a resolver el misterio.Bertha Hernández -
Saturnino Cedillo: la rebeldía le costó la vida
Fue un revolucionario exitoso, con méritos y lealtades conocidas. Pero, como todos, tenía acuerdos y desacuerdos con el punto más alto del poder político, ese que decidía en la ciudad de México. Llegó a secretario de Estado. Y un día, simplemente se declaró en pie de guerra. Se levantó en armas, y de esa forma, se acabaron los recuerdos de las batallas en común, de las grandes aventuras. Así, selló su destino.Bertha Hernández -
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Triple crimen en Tacubaya: atrapan a El Chacal
Desaparecidos los jurados populares que tantas emociones desataron en torno a los hechos de sangre, la crónica de nota roja, con reporteros audaces que no vacilaban en hacer también las veces de detectives, se volvió el gran instrumento para que la gente de a pie se estremeciera con historias terribles, como la del peluquero que armado de su navaja, asesinó a tres mujeres.Bertha Hernández -
Historias de detectives: las hazañas de Valente Quintana
Ninguna historia de la criminalidad en el México de los años veinte del siglo pasado estaría completa sin incluir a este personaje, a quien, desde muy temprano en su carrera policial, la prensa apodó “el Sherlock Holmes mexicano”. Sus habilidades como investigador lo colocaron en las más diversas investigaciones, y persiguió ladrones ingeniosos lo mismo que interrogó magnicidas y se enfrentó a grandes farsantes.Bertha Hernández -
La oscura muerte del comunista Julio Antonio Mella
La criminalidad de los locos años veinte posee registros muy distintos: desde la brutalidad de los generales todopoderosos hasta la tragedia de las mujeres desesperadas. Pero en aquellos tiempos, empezó a tejerse una historia de penumbras, secretos e impunidad: empezó a acuñarse el modelo de crimen político que reaparecería una y otra vez en el siglo XX. Aquel joven líder cubano fue una de las primeras víctimas de ese modelo homicida.Bertha Hernández -
Nydia Camargo ante el jurado: pasión, crimen y amor maternal
¿Por qué los crímenes pasionales de los locos años veinte adquirieron tanta resonancia y desataron grandes polémicas? En realidad no se juzgaba a aquellas mujeres, homicidas confesas, solamente por el hecho de sangre en que estaban involucradas.Bertha Hernández -
La accidentada vida y el escandaloso juicio de Magdalena Jurado
Los locos años veinte: fue una década en la que las mujeres rompieron en definitiva con el pasado porfiriano, que las había mantenido por décadas como los “ángeles del hogar”. Pero esa ruptura también llevó a algunas de ellas por la senda de la violencia y el crimen.Bertha Hernández -
Álvaro Obregón y la voz de su asesino
El asesinato del general manco que se empeñó en reelegirse presidente de la República es, acaso, uno de los más narrados en la historia del México del siglo XX: fueron la ambición política y la quiebra personal los dos factores que lo hicieron mirar la silla, desde sus tierras sonorenses.Bertha Hernández -
Francisco Villa y Felipe Ángeles: unidos por la lealtad a Madero
Al Centauro del Norte y al antiguo director del Colegio Militar los unió la devoción por el presidente Madero, cuyo asesinato los lanzó sin vacilaciones a la gran rebelión contra el huertismo.Bertha Hernández -
Carranza y Zapata: devorados por la furia y la revolución
El sentido social de los movimientos revolucionarios costó muy caro a los mexicanos que habitaron las primeras décadas del siglo XX: los grandes líderes de esos días pagaron con sangre sus momentos de gloria.Bertha Hernández -
La atroz muerte del traidor Aureliano Blanquet
No tuvieron buen fin los hombres de confianza de Victoriano Huerta; el médico Aureliano Urrutia, a quien se le achacaban algunas desapariciones y muertes de opositores, hubo de exiliarse, y cada vez que volvía a tierra mexicana, ahí estaban los familiares del diputado Serapio Rendón para exigir su inmediato encarcelamiento. Murió de más de 100 años, pero sin encontrar la paz o el olvido.Bertha Hernández -
Los brutales crímenes políticos de Victoriano Huerta
“Los autores de la Decena Trágica fueron los traidores más funestos que ha tenido México”, sentenció, muchos años después, el periodista José Alvarado.Bertha Hernández -
De cómo terminó la fiesta brava para Merced Gómez
En el imaginario porfiriano eran diversos los “indeseables”, los “poco recomendables”: personajes a los que las honestas familias, sin dudarlo, le negarían la entrada a sus hogares, porque eran los habitantes de los barrios poco recomendables, los visitantes de los tugurios, de los burdeles, de las cantinas.Bertha Hernández